Dependiendo de dónde hayamos vivido, los patios interiores pueden ser un espacio del edificio sin importancia, un espacio que desearíamos que no estuviese, o un entorno precioso que le da mucha personalidad y lo llena de naturaleza sin tener que salir. Sin duda nos permite conectar el espacio exterior con el interior y fusionarlos de las maneras más creativas.
¿Qué son los patios interiores?
Se caracterizan por ser zonas con luz natural descubiertas o semi-cubiertas. Se localizan en el interior de los edificios, rodeados de paredes o galerías. Estos espacios están pensados para unir u organizar la planta de manera concreta, como un punto de conexión entre diferentes zonas, y que también puede usarse como un punto de contacto con el exterior. A demás, en Hekkio
apostamos por hacer patios interiores cerrados con ventilación mecánica controlada de doble flujo; donde además de tener la cantidad de aire deseada, podemos mejorar la calidad de ese aire filtrando alérgenos y contaminantes; así como controlar la humedad y la temperatura.
En las normativas de construcción de edificios de viviendas, los patios garantizan la iluminación y la ventilación de las estancias que no dan a fachada – cuando es en ese caso, sí o sí los patios tienen que estar abiertos en la cubierta, por lo que solo podemos tratar el aire que aportamos y es muy complicado controlar temperatura y humedad, sobretodo en las plantas altas.
¿Por qué están?
Los patios interiores permiten la llegada de luz natural al interior de la obra, así como una correcta ventilación tanto natural como artificial. Es un elemento muy común en las construcciones del mediterráneo, tanto en casas como edificios. Además, nos permiten disponer de espacios abiertos en zonas urbanas sin vistas y sin naturaleza, casas entre medianeras, construcciones donde solo tienen vistas las últimas plantas, etc. De esta manera se revalorizan las plantas que están a nivel del patio, a priori más oscuras y peor ventiladas.
Y aunque en nuevas construcciones no suele emplearse como elemento de valor, podemos transformar los patios interiores, convirtiéndolos en un
espacio de conexión con la naturaleza, llenando de vida nuestro edificio o construcción, con o sin desapegarnos de los métodos de ventilación artificial, si le sacamos provecho.
¿Cómo transformar los patios interiores?
Nuestro punto de vista sobre los patios interiores no tiene por qué quedarse ahí, puede dejar de ser un espacio casi aislado y tenebroso, para darle el protagonismo que quizá nunca ha tenido, lleno de vida y personalidad.
Así que antes de pensar en tirar tu patio interior, imagina todas las posibilidades que puede ofrecerte de conexión con el exterior, pero con toda la privacidad que te brinda seguir dentro de casa (esto es la característica más atractiva de los patios interiores). Dependiendo del tamaño, tendremos tantas posibilidades como queramos, con diferentes usos pero también diferentes estilos, desde uno cálido y tropical hasta un estilo moderno o minimalista; un estilo autóctono, urbano, que nos aporte humedad, con plantas que filtren el aire… las posibilidades son infinitas.
¿Qué tener en cuenta para mi nuevo patio interior?
Este espacio también necesita ciertas consideraciones; es importante el suelo y su drenaje o desagüe para que no se acumule el agua de la lluvia, en el caso de que sea abierto, esto es totalmente necesario para decidir el tipo de mobiliario o vegetación que queremos que contenga nuestro patio interior.
Considera el uso de plantas para tener tu propio jardín interior, ventanas acristaladas para que sea mucho más visible, amplio y llamativo, o incluso iluminación, si queremos lograr otro efecto.
Además, deberemos decidir si queremos ventilación natural o artificial. Esto dependerá, por supuesto, de la ubicación de nuestra vivienda y la normativa vigente, pero ambas son opciones excelentes para ventilar mejor nuestro hogar. Lo que es seguro es que un buen patio interior puede transformar y aportar mucho valor a tu vivienda, si se usa correctamente.